domingo, 1 de diciembre de 2013

Critica: PIRATES OF THE CARIBBEAN: DEAD MAN´S CHEST

Desde que falleció Walt Disney, nada en la compañía ha sido lo mismo. En los 60 la empresa comenzó un lento pero progresivo derrumbe creativo en el apartado animación, pero al menos en sus películas de actuación en vivo pretendió recuperar el prestigio perdido. Pero para los 70 ya era el caos; los ingresos fueron disminuyendo y el nivel de sus producciones era olvidable. Con la segunda era de oro que comenzó con La Sirenita y terminó con Atlantis, hubo un fugaz recupero de la gloria perdida. Pero la partida de ejecutivos invaluables, disputas internas, y falta de dirección artística sumió a la compañía en una nueva debacle. El golpe de gracia sería la partida de Pixar de los dominios de la Disney.
En el intento de obtener ganancias a cualquier costa, la Disney se sumergió en una de las más voraces campañas de auto canibalización que se tengan memoria, comenzando a regurgitar sin parar remakes, versiones en vivo de viejos éxitos animados, secuelas terribles de clásicos de la compañía (cosas que harían revolver al viejo Walt en su tumba al escuchar ideas como Fantasía 2000 o Bambi 2), y a intentar explotar toda marca y franquicia habida y por haber en su enorme existencia. Fue así como surgió la idea de convertir en films a los distintos parques temáticos de Disneylandia, comenzando por Piratas del Caribe.

Y si bien cualquier espectador toma con escepticismo la calidad que pueda provenir del anuncio de un nuevo filme con actores hecho por la Disney, lo cierto es que Piratas del Caribe : La Maldición del Perla Negra fue un boom a lo largo y lo ancho del planeta, tomando por sorpresa a la empresa, al productor - Jerry Bruckheimer, la fuerza motriz detrás de innumerables blockbusters descerebrados de Michael Bay, unido a la Disney en una inusual y bizarra alianza -, a los críticos y a casi todo el mundo. Inmediatamente comenzar los planes para filmar un par de secuelas, y disfrazar al impensado hit en una suerte de trilogía (como suele pasar en Hollywood actualmente; el primer filme es original, y después se piensa en una larga historia partida al medio para actuar como parte 2 y 3, al estilo Matrix).


 Lo cierto es que el éxito de Piratas del Caribe : La Maldición del Perla Negra se basaba en tres aspectos : una burla a los clisés del género; el no tomarse nunca seriamente a sí misma; y Johnny Deep. Deep en realidad es el arma secreta de Piratas del Caribe : La Maldición del Perla Negra; con otro actor, hubiera quedado en tan sólo una comedia liviana. Su bizarra interpretación de Jack Sparrow fue alabada por todos, y llegó incluso a obtener una excesiva nominación al Oscar. Más allá de los quilates de Deep como actor, era demasiado premio para lo que es un papel cómico.
Y tres años después nos llega Piratas del Caribe : El Cofre del Hombre Muerto. Lo primero que uno observa es lo artificial de la seudo trilogía : si bien se mantienen algunos hechos de La Maldición del Perla Negra, la historia que comienza a desarrollar es totalmente distinta, sólo que mantiene a casi todo el mismo elenco. No hay continuidad directa; por el contrario, ahora nos enteramos que Sparrow no sólo había sido maldecido por el oro azteca sino que además realizó un pacto con Davy Jones, una suerte de demonio de los mares - cosa que en el primer filme ni se mencionaba -. El guión comienza a realizar algunos cambios temáticos en cuanto personajes y objetos - la brújula de Sparrow ahora resulta que apunta a donde yace el corazón de Jones; Norrington es despojado de su cargo sólo para figurar como borracho en la Isla Tortuga y ser reclutado por Sparrow; el dúo de piratas torpes ex-sicarios de Barbosa ahora figuran tranquilamente en la tripulación del Perla Negra -, que resultan bastante artificiales. Pero el mayor problema del filme es el complejo laberinto que se traza a sí mismo para intentar explicar la base de la trama que en esencia es bastante simple: si Jones puede obtener el alma de Sparrow, o si éste puede encontrar el cofre con el corazón del pirata maldito para poder combatirlo. Gran parte de esto reside en todas las idas y venidas que se toma el libreto, haciendo escapar a unos y otros, incluyendo a la misteriosa Compañía de Indias y a Lord Beckett - que actúan como una especie de Deux Ex Machina para impulsar la trama - sin que queden claros los motivos de los mismos (¿controlar los mares? ¿obtener el dominio del Kraken - el gigantesco pulpo que maneja Jones - y hundir a los barcos de la competencia?).

Y otra gran parte del problema está en la figura de Davy Jones. Las explicaciones de la Tia Amanda - la hechicera que reside en la isla - no son completas. ¿Por qué fue maldito?. Uno sospecha que quizás la hechicera tenga que ver con esto. Pero en el fondo no deja de ser una seudo historia de romances trágicos, al estilo del Drácula de Coppola - traicionado por un amor, al cual extraña todas las noches, vaga por los mares condenado por toda la eternidad -. La desgracia es que son tantas las vuelcas de tuerca del guión que la tragedia romántica de Jones sucumbe ante la catarata de acontecimientos. En ese sentido La Maldición del Perla Negra era un filme más redondo, y éste realmente da la impresión de ser una película inconclusa, donde gran parte de los enigmas se resolverán en la tercera entrega a estrenar en el 2007.
Pero si bien éstos deberían ser puntos negativos para el filme, Verbinski los compensa sobradamente con su timing para la acción y la comedia. En los combates y persecuciones impone una energía y gracia descomunal - es un placer ver el escape de los piratas de las manos de los canibales, o la secuencia final en la isla del cofre -; y en cuanto a comedia, todos tienen oportunidad de lucirse, descollando como siempre Johnny Deep. Es tanto el carisma del personaje que opaca a cualquiera en sus escenas; pero, perfeccionando cosas del primer filme, al menos las gracias cómicas están mejor repartidas. La película funciona, por sobre todas las cosas, porque Verbinski ahora realmente cuenta con una troupe, donde todos tienen oportunidad de lucirse. Uno festeja ocurrencias tanto de los protagonistas como de los secundarios, y sumado a esto el desborde de imaginación, los problemas de un guión complicado son los de menos. En todo caso, Piratas del Caribe : El Cofre del Hombre Muerto es un show brillante, con nuevos y fantásticos villanos, imaginería al tope, y escenas para aplaudir de pie. Lo que no es nada despreciable para un espectáculo que simplemente desea entretenernos un rato.

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