domingo, 1 de diciembre de 2013

Critica: PREDATORS

Corría 1994 y el mexicano Robert Rodriguez era nuevo en Hollywood. Su filme El Mariachi - rodado con dos mangos y con tácticas de guerrilla en 1992 - había impresionado a medio mundo y los norteamericanos lo llamaron para una suerte de remake / secuela que terminaría siendo La Balada del Pistolero (1994), ahora con Antonio Banderas como el personaje del título. Y, en medio de todo esto, Rodriguez fantaseaba.... Para esa época ya habían pasado 4 años desde que Depredador 2 había obtenido una tibia respuesta en la taquilla, y parecía que la franquicia había pasado a mejor vida. Y, de puro caradura, Rodriguez se despachó con un libreto que no le había pedido nadie, el que trataba sobre un mundo artificial creado por los depredadores como coto de caza y al cual terminarían abducidos Dutch (Arnold Schwarzenegger) y Harrigan (Danny Glover), protagonistas respectivos de Depredador 1 y 2. El script era muy ambicioso pero nadie le dió bola, lo cajonearon y se olvidaron de todo el asunto. En el 2009 alguien - posiblemente un ejecutivo de estudio desesperado por ideas financieramente potables - se topó con el libreto y llamó nuevamente a Rodriguez. El mexicano dió un paso atrás, se puso en el rol de productor y reclutó a Nimrod Antal, el director húngaro que había llamado la atención con Kontroll (2003) y que había desembarcado en Hollywood con Habitación Sin Salida (2007). Entre ambos le pegaron una pulida al viejo libreto y se despacharon con una secuela más que digna del hit de 1987 - la que obvia los crossovers de Alien vs Predator, considerados los hijos bastardos de ambas franquicias y despreciados por medio mundo -.
El tema con las franquicias - desde Alien hasta Robocop - es que el deseo de mantener la identidad de las mismas termina por meterlas en un corsé que, a la larga, las termina por matar. Hay patrones que se repiten en todos los filmes, y hay limitaciones impuestas por el molde con lo cual todas las peliculas son más o menos parecidas. El caso más extremo es Robocop, y con Alien al menos tuvieron el tino de contratar buenos directores en el medio como para camuflar un poco las cosas. Pero con la saga de Depredador pasó algo raro: es una serie centrada en la criatura y no en los protagonistas humanos. Aunque mucho se la critique, Depredador 2 me pareció un excelente cambio de clima para la saga, aún cuando tenga su caudal propio de defectos (y la ausencia de Arnold Schwarzenegger sea el menor de todos ellos). Depredadores vuelve a trasladar la acción a la jungla y los protagonistas van de soldados hasta mercenarios. El guión es muy fiel al original, tanto que hasta podría decirse que es una versión 2.0. Hay una fuerte sensación de deja vu en muchas de las escenas, las que parecen tomadas del original de 1987 pero coreografiadas de manera innovadora - soldados acosados en la jungla; otra persecución que termina con gente cayendo al rio desde un acantilado; otro miembro de la expedición que se retrasa para pelear mano a mano con el depredador; incluso hay un climax con fogatas y mucho barro -. Al menos el director Antal tiene suficiente talento como para maquillar lo que está clonado y sorprendernos nuevamente con el mismo viejo truco.


 Depredadores es más que satisfactoria en más de un sentido. Ciertamente la sorpresa inicial se ha perdido, porque ahora todo los espectadores sabemos de la existencia de los bichos y cómo se comportan; pero por el resto, Antal crea bastante suspenso y hace buenas coreografías de acción (y, lo que es mejor, se pueden seguir sin terminar con un ataque de epilepsia). Acá figura Adrien Brody (¿quien?), un tipo alto, flaquito, narigón, que siempre hace papeles simpaticones. Sin dudas Brody es el menos pensado a la hora de elegir a alguien como figura de acción pero, como diría James Bernardinelli, el género tiene lugar para todo y para todos (hace unos años nadie daría un peso por Matt Damon como héroe de acción y, sin embargo, vean lo que ocurrió con la saga de Jason Bourne). Y, como Brody es un gran actor, el tipo sale parado de ésta con una dignidad más que admirable. Se ve que ha hecho dos toneladas de fierros y encima usa una voz gruesa que haría que el Batman de Christian Bale se orine en sus pantalones, con lo cual Brody se ve creíble como tipo armado y violento, más malo que la caspa. El resto del cast está mas que ok, incluyendo al amigote de Robert Rodriguez, Danny Trejo, el que hace de Danny Trejo y se vuelve a llamar como un instrumento cortante (antes era Machete, ahora se llama Cuchillo!). Como es obvio, esta gente va y viene por la jungla mientras los van liquidando de a uno; se topan con Lawrence Fishburne, quien es el encargado de ponerlos a tanto de toda la situación; y después terminan por elaborar una contraofensiva contra sus cazadores alienígenas. Al parecer los humanos han caído en medio de una guerra tribal entre dos especies de depredadores y uno de ellos (que sería el depredador clásico de 1987) va a terminar siendo un aliado impensado. Mientras tanto bala va, bala viene.
La mayor contra que tiene Depredadores es que tiene un par de puntos tan obviamente ridículos que sólo es posible asimilarlos en términos de comic. La idea del ensamble de soldados africanos, americanos, rusos, etc. está ok... pero la aparición de un matón colombiano, un yakuza y y un asesino serial escapado de la cárcel ya suena a disparate (¿qué?, ¿los depredadores fueron a la casa de cada uno para abducirlos?). El otro punto es la revelación que hace un personaje cerca del final, algo que termina por lastimar la buena credibilidad que había creado el relato, y que termina siendo una especie de shock barato de último momento.

Depredadores es una muy buena secuela. Hay momentos de deja vu, pero está dirigida con una mano tan experta y es tan respetuosa del original que es un entretenimiento más que válido. Y desde ya esperamos otra entrega, cuya puerta quedó abierta con esta película. Solo ruego que Robert Rodriguez siga oficiando de productor, ya que aquí ha hecho un trabajo más que digno.

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