domingo, 1 de diciembre de 2013

Critica: PREDATOR

Depredador es un típico crossover entre los géneros de moda del momento: los alienígenas merodeadores de Alien (1979) con la acción en la jungla de Rambo II (1985). A decir verdad, lo que bien podría haber quedado en un mero intento exploitation por parte de los estudios sirvió para generar un excelente filme y una nueva franquicia.
Y Depredador es también un nuevo hit de los inicios de carrera de Arnold Schwarzenegger. Para esa altura parecía que Schwarzenegger era un clon clase B de Sylvester Stallone; si Stallone iba a la jungla, Schwarzenegger aparecía con Commando; si Stallone hacía comedia, Schwarzenegger hacía comedia. Pero lo cierto es que no pasaría mucho tiempo antes que el clon eclipsara completamente al original, y sin dudas Arnold Schwarzenegger terminaría por ser la estrella de acción más importante de los 80 y 90, con una chorrera de títulos excelentes contra los cuales Stallone sólo podía exhibir a Rambo y Rocky.

Este film también es la presentación en sociedad de John McTiernam, que después se despacharía con Duro de Matar y comenzaría un carrera algo errática. Pero en Predator, McTiernan se exhibe en su mejor forma. El comienzo es una catarata de obvios clisés, con los soldados más duros que el acero, armas humeantes y explosiones a raudales (en una interesante trivia trabaja Sonny Landham, que después participaría en otros títulos de acción como 48 hs, y que fuera un porn star en sus comienzos). El intento de delinear de algún modo los personajes es directamente ridículo (como el soldado que hace chistes malos todo el tiempo, o el agrio mercenario que mastica tabaco, cuando no Schwarzenegger con un habano a medio fumar), pero por suerte esos instantes son muy breves y al poco tiempo ya estamos en la jungla. Todas las señales parecen aquí que se tratará de otro aburrido clon de Rambo II, con junglas espesas y dobles volando por los aires. Pero todo el asunto de la misión no es más que el McGuffin para llegar al núcleo del film, que es el cazador alienígena que acecha en la jungla. Y en vez de ser una criatura devoradora de hombres (como sugiere el título), se trata en realidad de un alien inteligente que se encuentra de safari en la Tierra.


 En realidad el tema no es más que una variación del clásico The Most Dangerous Game (1932) de Ernest B. Schoedsack & Merian C. Cooper, los creadores de King Kong. Mientras que en la historia original un aburrido aristócrata decide entretenerse con la caza al hombre por el hombre mismo, aquí el conde de marras es sustituído por un alien equipado con la última tecnología. Y si bien el ataque al campamento está filmado con buen estilo aunque dentro de los canones del género de aquellos años, donde el film despega es con la cacería propiamente dicha del alien hacia los mercenarios.
El film comienza a transmutar su tono, pasando de la acción al suspenso. Y es un cambio que va in crescendo, volviéndose cada vez más radical y alejado de su temática original. Cuando al final Dutch decide enfrentarse al depredador casi sin armas, parece una secuencia extractada de algún film de fantasía, con el guerrero realizando rituales para enfrentarse al demonio de la jungla, encendiendo fogatas y librando un combate a muerte sólo con lanzas y flechas. Es una secuencia que bien podría haber calzado en el hit posterior de McTiernan The 13th Warrior.

Es un excelente film y un pequeño clásico en su género. Lamentablemente la secuela (Predator II - 1990) obtendría una fría respuesta del público, algo totalmente inmerecido. Al menos la secuela intentó probar un camino diferente - algo que muy pocos han podido hacer con éxito, como The Planet of the Apes y sus continuaciones - en vez de repetir a Schwarzenegger, el depredador y la jungla. Recién el depredador volvería con cierta gloria en el 2004, en la correcta Alien vs Predator.

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