Batman fué el batacazo mundial de principios de los 90, causando una euforia masiva que no se conocía desde la época de La Guerra de las Galaxias. El novedoso enfoque adulto y gótico del personaje así como la seriedad y el lirismo de la narración de Tim Burton la había convertido en un formidable blockbuster que terminaría por impulsar al surgimiento de innumerables imitadores y adaptaciones de comics de superhéroes. Desde La Mascara hasta Capitán América, los super héroes poblarían por años las pantallas hasta el día de hoy, gracias al impulso del film de 1989. Era obvio que Hollywood pedía a gritos una secuela para seguir ordeñando la millonaria franquicia del hombre murciélago.
Batman Vuelve es la secuela del film de 1989; y afortunadamente, es una secuela que respeta con fidelidad sus orígenes, cuando no es levemente superior al original. En general las secuelas tienden a diluir una saga con el tiempo (vean lo que sucedió con Superman años antes), pero Burton es un director formidable que mantiene un standard de calidad alto, además de que Batman es material que le resulta caro a sus gustos góticos. A lo largo de toda su filmografía Burton ha demostrado su predilección por personajes marginales, el humor negro, la imaginería acerca de la muerte y, en general, por temas macabros y bizarros. La saga de Batman, en sus dos primeros filmes, son sólo su tarjeta de presentación a nivel popular - amén de la poco vista Beetlejuice o los filmes con Pee Wee Herman -. Uno no puede dejar de reconocer temas Burtonianos - desarrollados posteriormente - en los filmes del hombre murciélago.
Batman Vuelve corrige algunos errores del primer film, pero agrega algunos nuevos. La película de 1989 resultaba algo estática, mientras que la secuela incluye un mejor ritmo y mas acción. Ciertamente regula más el tiempo en pantalla de su villano principal - El Pingüino - en comparación con el show fascinante y absorbente de Jack Nicholson en la primera película. Pero aún sigue sin expandir el mundo personal de Bruce Wayne / Batman, y dedica el tiempo restante a desarrollar la historia de Gatúbela, que es claramente lo más flojo del film. Uno tiene la impresión de que Gatúbela es simplemente un relleno, que su historia no daba para un film dedicado exclusivamente a ella; pero el desarrollo del personaje resulta pésimo. Esto no tiene nada que ver con la interpretación de Michelle Pfeiffer - como Gatúbela, su perfomance es formidable -; sencillamente lo que sucede es que el papel está mal escrito. Selena Kyle es un caracter incomprensible : es una mezcla entre nerd, neurótica y torpe entrometida que no se encuentra demasiado desarrollado, en parte por falta de tiempo en pantalla. Los trazos burdos de su carácter - p.ej. la escena en que escucha los mensajes del contestador, para demostrar que es dominada por todo el mundo, es patética - no terminan de cuajar. Cuando regresa de la muerte, decidida a convertirse en otra figura - la misma Gatúbela - tampoco tiene demasiada lógica, así como durante el resto de la trama, en que se transforma en una espléndida acróbata en un chasquido de los dedos, atentando contra los locales de Schreck, o uniéndose al Pingüino para combatir a Batman. Si lo suyo es la venganza, ¿por qué no ir directamente a matar a Schreck?. Definitivamente, la integración de Gatúbela al resto del relato no cuaja demasiado, a lo sumo para proveer un interés amoroso a Bruce Wayne / Batman - que tampoco funciona - y una reflexión interesante sobre la dualidad de los personajes. Y nada más.
Donde Batman Vuelve juega sus mejores bazas es indudablemente en El Pingüino. Danny De Vito se extasía en el papel, dándole el grado perfecto de patetismo y oscuridad que el personaje merece. Sin dudas es un papel perverso, sicópata, inteligente, libidinoso, monstruoso y miserable, de una profunda y negra sicología criminal. Sus frases son lo mejor del film, especialmente en las escenas con Schreck o Gatúbela. Lo que no termina por resultar claro es cómo El Pingüino termina por perder los estribos y comienza una demente escalada criminal a partir de la cinta que Batman pasa por los parlantes en la escena de su discurso, cuando se lo pinta como un individuo racional.
Amén de los villanos principales, el resto languidece a su sombra, con algunas excepciones. El Max Schreck (cuyo nombre coincide con el intérprete principal del Nosferatu de Murnau, y que significa "terror" en alemán) de Walken se encuentra algo contenido - hubiera mejorado si a Walken lo hubieran dejado libre para sintonizar sus interpretaciones habituales -. Y lo de Keaton es un cameo extendido; Batman resulta nuevamente siendo un secundario en su propio film, con solo un puñado de líneas. La interpretación de Keaton no es mala, pero al igual que Gatúbela, no cuenta con un personaje bien escrito. Lo torpe y olvidadizo de su Bruce Wayne no resulta muy coherente con el perfil de su alter ego, cosa que Christopher Nolan sí desarrolla extensamente en Batman Inicia - donde Wayne es una inteligencia de múltiples facetas, usando disfraces tanto de murciélago como de millonario descerebrado -. Michael Gough es un simple ladrón de escenas; y el Comisionado Gordon aparece tan brevemente que, si usted pestañea, se lo pierde.
Es un gran film; el problema es incluír a dos villanos que roban tiempo y escena al personaje principal. Uno de ellos sobra, lisa y llanamente. Lamentablemente la saga continuaría esta tendencia (dos por el precio de uno) y sin expandir al papel de Batman, con el agravante de caer en las manos infames de Joel Schumacher, que terminaría por demoler la franquicia hasta el punto más bajo, en Batman & Robin de 1997.
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