sábado, 23 de noviembre de 2013

Critica: BATMAN

Batman es la creación de Bob Kane, un dibujante mediocre que dió vida a su invención en el Detective Comics de Mayo de 1939. A decir verdad no hay demasiadas ideas originales tras su personaje, pero en realidad muchas de las creaciones más populares de la literatura, el cine y el comic son, en definitiva, reciclados y collages de otras historias y personajes (por ejemplo, La Guerra de Las Galaxias es un ejemplo prototípico). En Batman, Kane lo que adapta es básicamente la historia de El Zorro (un justiciero encapotado que lleva una doble vida), además de tomar elementos estéticos de la película muda The Bat de 1926, donde un ladrón se disfrazaba de murciélago.
Y si bien los dibujos de la tira eran de mala calidad, y el carácter de Batman / Bruce Wayne tenían cierto perfil estoico, lo cierto es que el comic resultó ser muy popular. Ya en los años 40 se harían unas paupérrimas adaptaciones en forma de serial por parte de la Columbia, con unos encapotados excedidos de peso haciendo correrías en un auto común y silvestre. Y, como contamos en la review de Superman, vendría el apogeo de la era del comic en la Segunda Guerra Mundial y la posterior decadencia para los años 60, llegando al clímax en la serie televisiva de culto Batman de 1966, donde se ridiculizaba al personaje en espléndido tono de humor camp.

La verdad es que la decadencia del género tenía que ver con una cuestión de discursos. Mientras que las generaciones cambiaban, se modernizaban y se hacían más cínicas, las historietas - especialmente las de DC Comics - continuaban dando cierto discurso moralista propio de los 40 (y no de los 60). Era lógico que para esa altura, creer que un tipo en malla, pantys y capa corriendo por ahí y haciendo justicia resultara ridículo. Mientras DC continuaba con su olimpo de superhéroes imperturbables (y carentes de humanidad), la Marvel comenzaba a surgir con su mundo de paladines más humanizados y cercanos al público, y comenzarían a devorarle el mercado a la editorial de Superman y Batman. Fuera por tradición u orgullo, lo cierto es que la DC demoraría décadas en dar acuse de recibo del golpe y en humanizar a sus héroes. Y, de toda su galería, el más cercano a un héroe Marvel es sin duda alguna el hombre murciélago. Es el unico paladin del staff DC que presenta conflicto y cierta humanidad, además de la oscuridad que se abate sobre la historia del personaje.

Posiblemente la serie de 1966 sea una de las creaciones televisivas más amadas a nivel mundial. Pero también revelaba hasta qué punto estaba pasado de moda el enfoque sobre el personaje. Tendrían que pasar 20 años y esperar a que Frank Miller pusiera sus manos sobre el hombre murciélago para revelar toda la potencialidad oculta del personaje. Y The Dark Knight Returns (el reboot del comic, que data de 1986) da origen, conceptualmente, al film de Burton de 1989 tanto en estética como en perfil sicológico. Mientras que Superman es el chico bueno y patriota, defensor de los valores americanos, Batman no deja de ser un sicópata escudado en un disfraz y que representa el ejemplo ideal de lo que los yanquis llaman vigilante (un justiciero por propia mano). Así que a través de Miller el comic pasó de ser una historia de detectives disfrazados a convertirse en un manicomio donde los locos andan sueltos, y donde uno de los sicópatas actúa en pro de la justicia. Dicho así,carece de toda elegancia pero es un resumen claro del cambio que sufrió la historieta.
Cinematográficamente, Batman estaba dando vueltas desde 1978, poco después del suceso del estreno de Superman. Si bien tuvo una adaptación a la pantalla grande en 1966, no era más que una extensión de la serie protagonizada por Adam West, con algo más de presupuesto y bastante menos de gracia (parecía un guión de la serie con los tiempos estirados para que llenara los 90 minutos de duración de un film). Y, lamentablemente el recuerdo de la serie televisiva era tan fuerte que, cuando el proyecto comenzó a tener visos de concretarse, se despertaron fuertes polémicas. Empezando por la elección del nada apolíneo Michael Keaton, poniendo en la dirección al desconocido Tim Burton, y anticipando las fotos del traje de hule negro del encapotado, además de la ausencia de Robin... denotaban que el film no iba a tener nada que ver con la serie de Adam West y Burt Ward.

Pero pronto la imagen negativa se revertiría, gracias a una impresionante campaña publicitaria que resulta comparable a la de Star Wars. La Batimanía estalló en todo el planeta, incluso antes del estreno del film, y cuando éste salió a la palestra, las recaudaciones se dispararon a las nubes. Como la trilogía de Lucas, la película pronto se volvería un fenómeno cultural y el hito cinematográfico, sin duda alguna, de los años 80.

Pero, más allá de la historia y de la anécdota, Batman resulta ser un film poderoso. Es visualmente impactante, posee una densidad de definición de caracteres inusual para el género, y está excelentemente construído como relato. El mayor y más grave problema de la película es... que no trata sobre Batman. En parte es defecto del guión, y en gran parte es la magnífica actuación de un Jack Nicholson salvaje, que lleva la sobreactuación a niveles superiores al arte. Es tan perfectamente diabólico, abrumadoramente carismático y brutalmente cómico, que es imposible no pujar por el Joker a lo largo de la película. Esto no significa que Michael Keaton haya hecho un mal desempeño como Bruce Wayne / Batman (de hecho, su actuación es excelente, y la dicotomía entre el tímido Wayne y el sombrío Batman es realmente creíble), pero Jack Nicholson apabulla por robo durante toda la cinta. Posee la mayoría de las mejores escenas, las mejores líneas, además de que el actor impresiona en la caracterización del personaje. Y el otro factor que va en desmedro del encapotado es que el film no se toma el tiempo suficiente para contar toda la historia del mismo, dedicándole muchas más escenas al origen y desarrollo del Joker. Mientras que Superman contaba a la perfección la historia del personaje pero fallaba a la hora de definir la maldad del villano (dejándolo como una mera caricatura), en Batman se da el caso inverso : el villano es perfecto, pero conocemos poco sobre el héroe.

El otro problema de Batman es que, mas allá de la publicidad hecha, el film es bastante estático. Hay muchos diálogos, quizás demasiados, y no mucha acción. Obviamente cuando la hay es espectacular, pero en el medio tenemos el romance obligatorio con el personaje de Kim Basinger que no es demasiado interesante. Comparado con este film, Batman Regresa es mucho mas enérgico y vivo, aunque igualmente omite la historia del héroe de un modo sacrílego.

Posiblemente sea uno de los blockbusters más oscuros de la historia de Hollywood; como dijimos, no deja de ser la historia de gente con graves problemas sicológicos. Se suma el hecho de que Batman aquí realmente es un vigilante (hecho que tiende a mitigar la excelente Batman Comienza), y no duda en liquidar criminales. Pero, en los anales de la historia del cine, no es la mejor adaptación de un comic llevada al cine, así como tampoco lo es Superman. Sin duda es un excelente film, pero falla en el equilibrio de la historia, quitándole espacio al héroe en favor del villano.


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