Debo considerar que tengo cierta predilección por las remakes fallidas. Aquellas que todo el mundo abucheó, que fueron fracasos a nivel crítica y/o que se hundieron en la taquilla. En el género de las remakes, se pueden encontrar múltiples variantes : recrear fielmente al original, parodiarlo, crear otra cosa totalmente diferente, o intentar realzarlo artísticamente. No existe una receta universal de cómo una remake puede ser exitosa. Hay parodias que han fracasado y otras han sido exitosas; las recreaciones fieles a veces resaltan las limitaciones del original, y los caminos diferentes se han visto como engendros transvestidos, muy pocos de los cuales han recibido la aprobación del público. Misión Imposible, The Brady Bunch, Starsky y Hutch han sido muy bien recibidos. Los Vengadores, Patrulla Juvenil, Hechizada o el film que nos ocupa, han sido repudiados por todo el mundo.
Es injusto decir que Thunderbirds es una película terrible. A lo sumo, es una remake tibia. Por un lado hay una recreación visual de la serie que es impresionante, con unos FX impecables y hermosos. Pero, por el otro lado, cierta fidelidad que sigue a la serie es abandonado a mitad de camino por intentar hacer un film a la Spy Kids. Posiblemente a muchos puristas y fans de la serie le resulte esto como una trompada al estómago. Personalmente no he visto demasiado de la serie, pero considero que esta nueva trama no es tan terrible como aparenta ser. A lo sumo el film queda con la misma consistencia de una buena hamburguesa, que se deja paladear mientras dura, pero una vez que se termina no deja nada nutritivo. Simple entretenimiento pochoclero.
Los Thunderbirds fueron producto de Gerry y Sylvia Anderson, un matrimonio inglés que se convirtió en los principales impulsores de la sci fi británica de los años 60 y 70. En más de un sentido, los Anderson son una suerte de George Pal ingleses, donde su tarea de productores y técnicos en efectos visuales posee más protagonismo que el de los directores, actores o guionistas. La producción básica de los Anderson se encaminó hacia la TV, con series que van desde Stingray a Joe 90 - siempre con animaciones de marionetas -, incluyendo los Thunderbirds (su producción más recordada), y pasando a otras series ya con actores como la recordada Espacio: 1999 y UFO. Los Anderson también incursionaron en la pantalla grande con menos éxito, como Mas allá del Sol (1969), pero siempre obtuvieron los mejores réditos en la pantalla chica, donde actualmente producen una nueva versión de Capitan Escarlata (también con marionetas).
Las series basadas en su método Marionation siempre apuntaron a un público infantil, y se basaban en una suerte de babletería falsamente técnica y efectos especiales que terminaban por fascinar a los niños. Era destacable que el contenido de dichas series no era violento - algo sorprendente para las series infantiles de hoy -, y su estilo no era muy diferente al de buena parte de animés y series japonesas, que basan buena parte de su contenido en las rutinas de preparación de los equipos / protagonistas. Ver a los Power Rangers prepararse para la batalla no dista mucho de ver a los Tracy abordando a los Thunderbirds. No recuerdo algún episodio en especial de la serie, si bien no he sido gran seguidor, pero sí recuerdo las secuencias de despegue de las naves, que se repetían en todos los capítulos. Entre eso y su contenido no violento - tampoco era moralina, pero al menos predicaba cierto valor de rescatar al prójimo - figuran entre las causas de su continua vida en sucesivas reemisiones en canales de cable, lo que le ha dado status de culto.
Por todo esto, no sorprende que el film no haya tenido la recepción que se esperaba. En una era de héroes violentos, difícilmente una temática pacífica pueda atraer a adolescentes, incluso a adultos. Y para los chicos, no termina de resultar suficientemente entretenido a su mismo nivel. La película dispara en todas direcciones - hay cosas que son muy infantiles, hay guiños para los adultos que vieron la serie, hay momentos de parodia -, pero no termina por decidirse por cuál camino seguir. Lanzarle el avispero a los secuaces de Hood es algo muy noño, mientras que el villano es - por momentos - demasiado siniestro para un film así. Sir Ben Kingsley se deleita con el papel y eso se nota, y es uno de los puntos a favor del film, pero hay algo oscuro en sus motivaciones y quizás le falte algo de comicidad para resultar digerible para los más chicos. Las peleas son en farsa, buena parte de los personajes están mal delineados, y sólo se salvan Kingsley y la dupla Sophia Myles - Ron Cook como Lady Penelope - una suerte de James Bond femenina - y su chofer Parker, que le dan ironía a sus personajes. Pero el resto de los papeles es un desastre, son totalmente acartonados o tienen conflictos de clisé, como el del hijo de Tracy con su padre por ingresar al mundo adulto. Amén de cierto sacrilegio para los seguidores de la serie, que aparta totalmente a la familia Tracy - los protagonistas originales - de la trama durante el 90% del tiempo para centrarse en las aventuras de los chicos en la isla, sin ver en acción ninguna nave - que era el fuerte de la serie -. Resulta obvio que Frakes es mejor dirigiendo filmes de Star Trek para un público adulto que intentando montar un espectáculo infantil.
No es un mal film; es bastante amable y entretenido, y funciona mejor en cable que en el cine. Quizás el problema sea ese; que el proyecto daba mejor para unos propósitos más modestos que intentar ser un blockbuster. Dejando de lado sus disgresiones respecto del original, resulta muy digerible aunque, por supuesto, sin substancia.
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