Terminator Salvation es el cuarto capítulo de la saga de Terminator, iniciada en 1984 por James Cameron. Mientras que Cameron, Arnold Schwarzenegger y otros talentos creativos tradicionales de la serie han partido, los relevos (comenzando con Jonathan Mostow en el 2003 con Terminator 3: La Rebelión de las Máquinas) han hecho sus mejores esfuerzos para avanzar en la mitología y llevar a la franquicia a nuevos terrenos. El resultado, si bien es loable, aún dista de obtener personalidad propia. Y Terminator Salvation es el último ejemplo de ello.
El mayor problema que tengo con la saga Terminator es que se tratan de filmes con cinco minutos en los que avanza la historia, y después una tonelada de persecuciones que a la larga se terminaban por copiar a sí mismas. En la primera se establecían las pautas de la mitología y Sarah Connor quedaba embarazada; en la segunda, madre e hijo huían otra vez del asesino; en la tercera, el hijo y la novia eran quienes andaban a las corridas, aunque ahora el futuro era irremediable y Skynet desataba el holocausto. El tema es que Terminator 2 y Terminator 3 se podrían haber comprimido perfectamente en un solo filme. Y todo esto viene a cuento de la disponibilidad de Arnold Schwarzenegger como protagonista. Si Terminator Salvation hubiera sido la tercera parte de la saga (filmada en el 2003), y con Schwarzenegger repitiendo el rol, el resultado hubiera sido muy superior. La historia hubiera llegado al futuro apocalíptico, y el musculoso actor hubiera regresado, bien para hacer de robot o de soldado humano que sirviera de modelo para el exterminador de turno. El enorme obstáculo de Terminator Salvation es que Schwarzenegger no está; e imaginen la enorme sombra que aún tiene sobre la saga (su saga) que el momento más festejado del nuevo filme es el cameo (digital) de Arnie combatiendo con Christian Bale.
Terminator Salvation es un buen filme en sus propios términos, pero le resulta imposible despegarse del fantasma de Schwarzenegger. Lo lógico hubiese sido compensar esto con otros elementos de interés. De antemano todo parecía apuntar a ello, comenzando por la elección de Christian Bale como John Connor. Si a la plasticidad de Bale le hubiera acompañado un guión que realzara su personaje, el resultado hubiese sido mucho mejor. El problema es que el guión desvía totalmente su atención de John Connor, Kyle Reese y otros elementos mitológicos, relegándolos al papel de secundarios en su propia película. El núcleo del filme en realidad pasa por Sam Worthington, que es un experimento prototipo de Skynet. El filme empieza con Worthington, se centra en Worthington y termina con Worthington. El actor es muy bueno para el papel, y su rol es el de una figura trágica. Lo acompaña muy bien Moon Bloodgood como una conflictuada soldado de la resistencia. El tema es que la franquicia de Terminator nunca se trató sobre el papel de Worthington; es un recién llegado que tiene una historia interesante pero no es lo que uno estaba esperando.
Eso no significa que las perfomances, situaciones y diálogos estén mal en el filme. Pero es una aventura futurista disfrazada de secuela de Terminator. Si bien la trama de Marcus Wright es muy buena, era imprescindible podarla para darle aire a John Connor y Kyle Reese. Es curioso ver que en este guión han metido mano un montón de notables (incluyendo a Paul Haggis y Jonathan Nolan como script doctors), y ninguno se ha dado cuenta de que el público precisaba que la figura de John Connor se erigiera como un héroe memorable. Así como está, simplemente es otra figura de acción rutinaria. Ni siquiera el personaje de Kate Connor (ahora encarnado por Bryce Dallas Howard) deja de parecer un cameo extendido.
Los otros detalles que tiene el filme tienen que ver con el estilo. McG no es un mal director, pero este futuro se ve demasiado limpio y funcional. La resistencia se mueve en helicópteros y submarinos, y uno se pregunta a dónde fue a parar el oscuro mundo apocalíptico de James Cameron con guerrilla urbana, soldados a pie y suelos tapizados con toneladas de calaveras. Hay montones de nuevos terminators - gigantescos, con forma de motocicleta, etc -, pero se parece más a una adaptación de Transformers que a otra cosa. El filme grita a los cuatro vientos de que se trata de una película de Terminator - los protagonistas repiten frases de filmes anteriores (Si quieres vivir, sígueme; no le apuntes a nadie con un arma, a menos de que estés dispuesto a utilizarla; yo regresaré, etc); You Could Be Mine de los Guns and Roses hace un cameo; Connor sigue siendo habilidoso con las computadoras para abrir puertas de seguridad; la voz de Linda Hamilton se escucha en diversos momentos de la cinta, etc - pero no termina de sentirse como tal. Entre la falta de protagonismo de John Connor, la ausencia de un villano que balancee las cosas, y un futuro apocalíptico demasiado pristino, Terminator Salvation carece de personalidad propia como para erigirse en una entrada fuerte de la saga. La prueba de ello es que el momento más memorable del filme es el cameo digital de Schwarzenegger; por lo demás, el filme es rutina bien hecha y nada más que eso. pero aun asi si colocamos a terminator 1 y 2 con esta y eliminamos terminator 3 seria una trilogía insuperable
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