sábado, 23 de noviembre de 2013

Crítica de X-Men: First Class : La Primera Generación Mutante

Los cómics de Marvel siempre se caracterizaron por incluir temáticas más adultas que los DC. Celos, traiciones, adulterio y complejas relaciones familiares y entre supuestos amigos eran moneda corriente en las historias de los Hombres-X.

La primera adaptación al cine de este equipo de mutantes cambió el paradigma de lo que podía ser una película de superhéroes. ‘X-Men’ de Brian Singer rompió records de taquilla y junto con ‘Spider-Man’ desató la ola de adaptaciones de historietas y novelas gráficas. Las posteriores secuelas -y precuela en el caso de ‘X-Men Origins: Wolverine’- siguieron cosechando millones pero cada vez peores críticas.

Una década tuvo que pasar para que Hollywood le volviese a hacer justicia a los mutantes con ‘X-Men: First Class’.
‘X-Men: Primera Generación’ cuenta el nacimiento de la relación entre Charles Xavier y Erik Lensherr en los años 60. Antes de convertirse en enemigos, los futuros Profesor X y Magneto entrenaron a un grupo de jóvenes mutantes para combatir a un enemigo en común, Sebastian Shaw y su Hellfire Club.

El film es parte precuela y parte reboot ya que aunque toma elementos de las películas anteriores (como los cameos) también rompe con la continuidad establecida por ellos. Es interesante como -a la ‘Star Trek’ de J.J. Abrams- pudieron contar de manera fresca y original el comienzo de estos personajes tantas veces vistos en diferentes medios.

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La historia se desarrolla en plena Guerra Fría y tiene más elementos de las películas de espías que de superhéroes. Erik, interpretado de forma excelente por un -valga la redundancia- magnético Michael Fassbender es un James Bond en modo venganza. El director Matthew Vaughn (Layer Cake, Stardust, Kick-Ass) dijo haber tenido por años la idea de hacer una historia de origen del agente 007 y aquí aprovechó para jugar con los elementos del género: Intriga internacional, invenciones de última tecnología, un villano con ansias de dominio mundial y femmes fatales con poca ropa.

La sensualidad y el grado de violencia son evidencias claras que ésta no es la version infantil/adolescente que en un primer momento Fox estuvo cerca de realizar. Todas las damas, January Jones (Emma Frost), Jennifer Lawrence (Raven / Mystique), Zoë Kravitz (Angel) y Rose Byrne (Moira MacTaggert) tienen por lo menos una escena donde aparecen ligeritas de ropa. ¡Fanboys agradecidos!

Su clasificación PG-13 pero hay escenas bastante violentas. No tanto por lo gráficas que sean sino por los recursos utilizados para impactar al público. Algunas me recordaron al “truco de magia” del Jocker en ‘The Dark Knight’ y otras tenian sabor a las secuencias más fuertes de la serie ‘Indiana Jones’.

Pero nada está de manera gratuita sino directamente al servicio de la historia. La cual, a pesar de ser dinámica e incluir las espectaculares escenas de acción esperadas en un blockbuster del verano estadounidense, se toma su tiempo para desarrollar los personajes centrales.

Raven y Hank (Bestia) se debaten entre abrazar y combatir sus naturalezas mutantes. Charles reexamina el uso banal que le da a sus poderes telepáticos y pone su idealismo a prueba. Erik intenta controlar sus demonios y conectar con su lado bondadoso. Shaw no es un malo simplón sino que busca decidir el futuro en favor de los suyos. Claro que entre tantos personajes varios quedan relegados a un segundo plano, como Riptide, interpretado por el actor español Álex González quien no tiene una sola línea de diálogo.

Aunque ‘X-Men: First Class’ logra interesarnos por todos ellos, no hay dudas que el centro son Charles y Erik. Existe una gran química entre los carismáticos James McAvoy y Fassbender y las escenas compartidas por ellos son electrizantes. Pero no hay dudas que este Magneto, uno de los personajes más interesantes del universo del comic, se roba la película.

Salvo por un par de excepciones las actuaciones son de gran nivel. Rose Byrne sobreactua bastante y su carita de Jessica Alba desorientada parece de otra película. El belicoso agente de la CIA -a quien Mystique copia su apariencia al comienzo- también está muy caricaturesco.

La recreación de la época es excelente, desde los atuendos y la música hasta en la paleta de colores utilizada. Las escenas de acción y los efectos especiales son de primera y aunque cuando son CGI parecen efectos prácticos.

Por tener acción, romance, inteligencia, sensualidad y drama, esta primera clase pasa con nota sobresaliente.

9/ 10

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