Quantum of Solace es el segundo film de la era Craig, y una secuela directa de Casino Royale. Ya para esta altura no hay novelas de Ian Fleming para adaptar - Casino Royale era la última que quedaba pendiente, y se había zafado del acuerdo inicial de derechos de los productores Albert Broccoli y Harry Saltzman a principios de los 60, ya que tuvo una adaptación televisiva (y posteriormente una remake en tono de comedia), por lo cual el libro siempre quedó en potestad de la Columbia Pictures -. Cuando Sony absorbió primero a la Columbia y después a la MGM / United Artists, Casino Royale quedó bajo el mismo techo que la EON (la productora de los filmes de James Bond), y aprovecharon la oportunidad para un relanzamiento de la serie.
Sin dudas Casino Royale es el mejor título de la saga Bond de los últimos 30 años; pero ahora el tema estaba en cómo mantener las mismas líneas sin material literario original de soporte. Como Casino Royale arrasó en la taquilla y fue alabada por el público y la crítica, los guionistas habituales de la saga - Neal Purvis y Robert Wade, sumando al recién llegado Paul Haggis - pergueñaron una secuela, algo que es inusual en la filmografía Bond. Aquí las cosas comienzan una hora después del climax de Casino Royale, y hay numerosos personajes que regresan - Mr. White, René Mathis, Felix Leiter, Vesper Lynd (en fotografías) -. Hay un fuerte sentido de la continuidad en todo el libreto, lo cual puede tomar desprevenido a aquellos que no han visto el filme anterior.
Quantum of Solace toma nominalmente el título de un cuento no demasiado bueno de Ian Fleming incluído en el compilado Solo Para Sus Ojos. La historia original trataba de una anécdota que escuchaba Bond en Jamaica de boca de un funcionario local acerca de un hombre que descubría que era engañado por su esposa, y preparaba una meticulosa venganza social contra ella. Nada de acción ni de espionaje, simple chusmerío de barrio. Mientras que en el relato el interlocutor ejemplificaba que "cuando se va el amor y al otro no le importa la vida de uno, la cantidad de consuelo - respeto por el compañero - llega a cero", aquí las cosas son tomadas en otro sentido. Tenemos a Bond en plena misión de venganza, y hay una chica (Camille) cuya familia ha sido masacrada por el general Medrano, un militar boliviano que se encuentra negociando con la gente de Quantum un regreso desde el exilio y un golpe de estado (no es ningún spoiler; las gacetillas del film ya mencionan esto). Vale decir que son dos almas torturadas en busca de compensación por las pérdidas sufridas. He allí la cantidad de consuelo a la que referencia el título.
En su aspecto formal, Quantum of Solace es un torbellino de acción sin límites. El director Marc Foster trajo a bordo al director de secuencias de acción de la saga Bourne, y eso se nota. La acción es brutal y desenfrenada, y ya no quedan dudas de que Daniel Craig es el 007 más sanguinario desde la època de Sean Connery. Aquí Bond liquida gente a mano limpia, contempla a sus víctimas cuando terminan de morirse sin que se le mueva un pelo, abandona cadáveres de amigos y enemigos como si fueran envases vacíos, y es un asesino implacable y de corazón helado. Es un 007 mucho más duro que el de Ian Fleming, y mucho más temible que el ya visto en Casino Royale. Quizás el tema pase porque, en toda esa acción vertiginosa y esa brutalidad, Bond pierda bastante de su estilo y sea cada vez más parecido a Jason Bourne. Hay momentos tranquilos y con clase, pero son muy breves. Aquí no está la lenta construcción de climas y personajes como en el film del 2006. Acá sobra adrenalina, con algunos intervalos para exponer y avanzar la trama, y seguir con la cacería salvaje.
En cuanto a la historia, no es difícil seguirla si se presta atención. Pero sin dudas la trama ha levantado polvareda, y las opiniones sobre Quantum of Solace están bastante mezcladas. Es que en realidad el film trata sobre una historia de venganza, y Bond se topa accidentalmente con Dominic Greene en su camino, lo cual lo convierte en la única pista a seguir. Desde un punto de vista realista, Greene es un hombre de negocios con los pies en la tierra, y no un mesiánico villano a lo Goldfinger, lo cual puede desilusionar a los fanáticos a ultranza. Por momentos pareciera que Quantum of Solace estuviera sintonizando Syriana (donde incluso trabajaba Jeffrey Wright), develando complejas intrigas políticas sobre intereses en recursos naturales, dobles agentes, empresarios rapaces y gobernantes corruptos. Es un enfoque mucho más realista que el usual de los filmes de 007, lo cual no significa que sea deslumbrante ni mucho menos fascinante (aunque sí inteligente). Quantum va tras el dinero y los medios que da el poder, no tras secuestrar bombas atómicas para amenazar al mundo. Si uno entiende que Greene es un medio por el cual 007 intenta acceder a los responsables de la muerte de Vesper, puede ver al film de otra manera. Además Greene no es carismático ni deforme, ni siquiera es físicamente impresionante (de hecho, Mathieu Amatric es más bajo que Craig; y el libreto se las ingenia para crear un pandemonium a la hora de la batalla final, de modo que las diferencias físicas no se noten tanto). Como villano de 007 es olvidable.
Quantum of Solace es un buen film de la serie, pero no un clásico. No está a la altura de Casino Royale. Es un viaje interior de 007, reconstruyendo su pérdida con la sangre de sus enemigos. No tiene villano potente, pero el hecho es que aquí Greene es sólo un accesorio de la historia. Es interesante, está bien actuada y es un thriller intenso. Daniel Craig sigue demostrando que es el 007 del siglo XXI de manera incuestionable. Lo que se le puede reprochar es que este Bond ha perdido algo de su cinismo transformándose en una máquina de matar, pero eso es culpa del guión. Los otros factores que le quitan algo de mérito al film son las entradas y salidas de algunos personajes - la revelación final sobre Yusef o las apariciones de Camille, que surgen totalmente de la nada -, y algunos momentos "homenajeados" de peliculas anteriores (aunque Marc Foster lo camufla mejor que los robos de Lee Tamahori en Otro Dia para Morir, el espectador fogueado verá planos idénticos a Goldfinger o La Espía que me Amó por mencionar algunos). Pero por lo demás es una película más que sólida, que termina en una nota oscura (incluso uno llega a sospechar que los productores estuvieron a punto de convertir a Quantum of Solace en otra Dark Knight) y hace desear la siguiente entrega. Desde ya queremos ver que va a pasar con Quantum - esta especie de SPECTRE new age - y con este 007 cuya furia nunca se acaba.
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