martes, 26 de noviembre de 2013

Critica: DAREDEVIL (DIRECTOR'S CUT)

Daredevil es otra de las creaciones que hizo Stan Lee - junto con Bill Everett - para la Marvel. Su nacimiento data de 1954, y se trataba de un vigilante justiciero enfundado en un traje colorinche con forma de diablito. La serie nunca fue lo que se dice memorable, al menos hasta que Frank Miller metió los dedos en 1979 y la rebooteó con gran estilo, haciéndola muy popular. El Daredevil de Miller estaba saturado de iconografía religiosa, amén de poner al héroe en la disyuntiva de ser un vigilante asesino o un justiciero, y traer a la palestra a Elektra, una asesina profesional con la cual el superhéroe tendría un largo y turbulento romance. Bah, lo que hizo en realidad Miller fue Batmanizarlo, con la única diferencia que Matt Murdock es - de día - un modesto abogado que defiende pobres y desposeídos, y anda a pie en vez de ir montado en un tanque de costo multimillonario recargado de gadgets. Como quien dice, se trata de la versión pobre de Batman.
En el 2003 la Marvel ya tenía puesto en marcha su desembarco masivo en el cine, el cual había comenzado con Blade (1998), repuntó con X-Men (2000), y había tenido su pico el año anterior con la versión de Sam Raimi de Spiderman. Acá la dirección recayó en manos de Mark Steven Johnson, el cual hizo mérito suficiente con la recaudación de este filme como para que le empardaran otro superhéroe Marvel, Ghost Rider, al cual terminó de masacrar en el 2007.

El problema con Daredevil es que resulta blanda y muy dispar. Aquí terminamos por ver la versión del director - que es algo más oscura y violenta, y le injerta una innecesaria media hora adicional con una subtrama acerca de un drogadicto que es defendido por el protagonista, y el cual se transforma en un testigo inesperado para relacionar a Kingpin con la muerte de una prostituta - que es un poco mejor que el original pero, aún así, no termina por ser satisfactoria.



Uno de los puntos débiles de Daredevil es la elección de Ben Affleck como el héroe de marras. Affleck carece de carisma, y sólo es un tipo bonachón enfundado en un bizarro traje de cuero. Jamás transmite la oscuridad que precisa el personaje - que arranca el filme siendo prácticamente un asesino justiciero -, y menos cuando empieza conflictuarse moralmente por la misión que persigue y los sangrientos resultados que obtiene. Además Affleck tiende a ser sobrepasado - en carisma y energía - por cualquiera de sus co-protagonistas, sea Jennifer Gardner, Collin Farrell o Michael Clarke Duncan. Las proezas físicas de la Gardner se ven realistas - por contra al ridículo muñequito CGI de Daredevil, que trepa los edificios como si fuera la versión Nintendo de Spiderman -, y transpira fiereza; Clarke Duncan es pura presencia y amenaza; y el gran ladrón de escenas es Collin Farrell. Su Bullseye es un delicioso histérico que hace cosas asombrosas con su capacidad de disparar de manera letal cualquier objeto. Cualquiera de ellos se ve físicamente amenazante y es, dentro de todo, creíble; pero Daredevil es estúpidamente exagerado - una cosa es que tenga los sentidos magnificados y sea un gran artista de artes marciales; pero de allí a saltar 20 pisos sin paracaídas, pelee a lo Matrix caminando por las paredes, o vuele de un edificio a otro (como si fuera El Hombre Nuclear) es tan estúpido y absurdo que asesina la credibilidad mínima que requería el personaje -, algo que masacra toda la puesta en escena. Corten esas escenas y verán como el filme gana, súbitamente, efectividad.

Ciertamente Daredevil debe figurar entre las adaptaciones más flojitas de la Marvel. Está ok, tiene excelentes actuaciones por parte de los secundarios, y tiene una banda sonora impresionante - gracias a ello es que conocimos a Evanescence! -; pero no deja de ser una historia hueca e inconsistente. El héroe nunca nos entusiasma demasiado, su venganza padece de coitus interruptus - justo cuando va a matar al asesino de su padre le agarra un ataque de conciencia! -, y toda la subtrama del reportero se ve superficial e innecesaria. Súmenle a ello las absurdas peleas tipo Matrix y los ridículos CGI, y verán que lo que tenemos es una bolsa de gatos, con un filme plagado de escenas que funcionan y otras bastante feítas que no. Es por ello que prefiero esperar un reboot / remake hecho por alguien con más criterio antes de recomendarle un filme sobre Daredevil a alguien. O, en todo caso, terminaré recomendando su banda sonora, la cual supera por lejos a la calidad de toda la película.

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