Secuela de
la película de 1998 "La máscara del Zorro", una estupenda
revisitación del viejo cine de capa y espada. Tras esperar nada menos que 7 años,
por fin se pudo hacer la secuela, sin la presencia de Anthony Hopkins. Siendo
el Zorro uno de mis personajes favoritos, tengo que decir que la película me
decepcionó enormemente. Se nota que todos la han hecho a desgana, a remolque,
sin involucrarse demasiado. Banderas, la Zeta Jones y Sewell cumplen, pero lo
peor de todo es el estúpido y lamentable guión, con chistes cada dos minutos,
situaciones increíbles, cierto tufo a culebrón venezolano entre Banderas y la
Zeta Jones, y secuencias de acción repetidas hasta la saciedad. El sumún es la
historia, que nos plantea al pueblo californiano deseoso y feliz de poder
entrar en la incipiente nación americana, que les va a procurar a los pobres
campesinos y aldeanos una libertad sin límites. Que el Zorro se mate por
recuperar la caja con los votos del referendum (con clara mayoría del sí) que
han robado los malos, es vergonzoso (¿cuándo el personaje del Zorro-Diego o
Alejandro de la Vega se ha metido en política alguna vez?). Que la película
contenga imágenes de miles de herreros, campesinos, curas, terratenientes, y
ricos, unidos todos agitando banderitas americanas, y vitoreando de alegría, es
para echar la pota.
Aquí no hay
sana aventura, no hay calidez, no hay todo lo bueno de la peli de 1998. Sólo
hay una malvada organización secreta francesa, Hermanos de Aragón (siempre he
sabido que los zaragozanos son gabachos disfrazados), que pretende fragmentar
la unidad de la patria americana gracias a la nitroglicerina. Sólo hay un niño
CAR-GAN-TE hasta la depresión, que hace que desees que se caiga por un barranco
a cada aparición suya. En definitiva, pobre espectáculo, indignante
patrioterismo barato, y lo peor que podía suceder (y ha sucedido) es convertir
al legendario Zorro en héroe de las barras y estrellas.
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