domingo, 24 de noviembre de 2013

Critica: INDIANA JONES AND THE LAST CRUSADE

Indiana Jones nació como un esfuerzo de George Lucas y Steven Spielberg de recuperar el sabor de los viejos seriales y del cine de aventuras de los años 40. Tuvo un gran comienzo con Los Cazadores del Arca Perdida (1981), y una excelente secuela con Indiana Jones y el Templo de la Perdición (1984); pero la tercera entrega de la saga se ve cansada y sin brío. Hay muestras visibles de agotamiento creativo, aún cuando la secuela llegue con 5 años de diferencia de su entrega anterior. Gran parte de esto se debe al mismo Lucas, quien quedó resentido con las críticas que había recibido El Templo de la Perdición - injustas, a mi juicio, ya que creo que es el mejor filme de la saga -, y decidió volver a las fuentes del filme original. El problema es que, con la excepción del personaje del Dr. Henry Jones Sr, el resto se ve como una versión 2.0 de Los Cazadores del Arca Perdida.
Seamos justos. En el fondo el problema con las secuelas de Indiana Jones tiene que ver con las altas expectativas creadas por la serie. Steven Spielberg es una mago del cine y cada vez que se despacha con un filme uno espera un espectáculo deslumbrante. Pero Spielberg es muy efectivo con productos originales, y termina siendo muy malo para las secuelas. Tanto con este filme como con Jurassic Park II demuestran las deficiencias de Spielberg para con las continuaciones - en un principio crea secuencias de acción maravillosas y originales; pero en las secuelas las recicla de manera desvergonzada -. En una película como en la otra, ver a Indiana Jones a caballo en el desierto contra nazis motorizados tiene el mismo grado de reciclado que ver a gente colgando de un auto en un precipicio y siendo acosado por dinosaurios.


 En el primer tercio del filme la acción se ve lenta, sin adrenalina. Tanto las correrías del joven Indiana en el tren del circo como en la persecución de lanchas en Venecia se ven morosas. Quizás sea un problema de edición o de gustos personales, no sé. Sólo sé que el filme repunta cuando Sean Connery aparece en pantalla y el filme empieza a destilar comedia de altura.
Y aún así, el tema de otro artefacto cristiano perdido suena a otro reciclado - miren que habían tantos temas para elegir ... -. El final es completamente idiota, con un templario centenario viviendo en la ciudad escondida... ¿para qué?. Simplemente porque el guión precisaba un personaje que diera un par de lineamientos sobre las últimas trampas del lugar.


Mientras que el libreto desliza unas líneas deliciosas sobre la relación padre - hijo de los Jones, el resto no termina de sorprender. Está ok, entretiene, pero debía haber sido algo mucho más brillante viniendo de un dúo de tipos geniales como Spielberg y Lucas. Insisto: con otros nombres de personaje, director y productor, la película quizás hubiera recibido una calificación nuestra superior. Pero acá la chapa de los creativos genera unas expectativas tales que el filme no termina por cumplir.

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