Indiana Jones nació como un esfuerzo de George Lucas
y Steven Spielberg de recuperar el sabor de los viejos seriales y del cine de
aventuras de los años 40. Tuvo un gran comienzo con Los Cazadores del Arca
Perdida (1981), y una excelente secuela con Indiana Jones y el Templo de la
Perdición (1984); pero la tercera entrega de la saga se ve cansada y sin brío.
Hay muestras visibles de agotamiento creativo, aún cuando la secuela llegue con
5 años de diferencia de su entrega anterior. Gran parte de esto se debe al
mismo Lucas, quien quedó resentido con las críticas que había recibido El
Templo de la Perdición - injustas, a mi juicio, ya que creo que es el mejor
filme de la saga -, y decidió volver a las fuentes del filme original. El
problema es que, con la excepción del personaje del Dr. Henry Jones Sr, el
resto se ve como una versión 2.0 de Los Cazadores del Arca Perdida.
Seamos justos. En el fondo el problema con las
secuelas de Indiana Jones tiene que ver con las altas expectativas creadas por
la serie. Steven Spielberg es una mago del cine y cada vez que se despacha con
un filme uno espera un espectáculo deslumbrante. Pero Spielberg es muy efectivo
con productos originales, y termina siendo muy malo para las secuelas. Tanto
con este filme como con Jurassic Park II demuestran las deficiencias de
Spielberg para con las continuaciones - en un principio crea secuencias de
acción maravillosas y originales; pero en las secuelas las recicla de manera
desvergonzada -. En una película como en la otra, ver a Indiana Jones a caballo
en el desierto contra nazis motorizados tiene el mismo grado de reciclado que
ver a gente colgando de un auto en un precipicio y siendo acosado por
dinosaurios.
En el primer
tercio del filme la acción se ve lenta, sin adrenalina. Tanto las correrías del
joven Indiana en el tren del circo como en la persecución de lanchas en Venecia
se ven morosas. Quizás sea un problema de edición o de gustos personales, no
sé. Sólo sé que el filme repunta cuando Sean Connery aparece en pantalla y el
filme empieza a destilar comedia de altura.
Y aún así, el tema de otro artefacto cristiano
perdido suena a otro reciclado - miren que habían tantos temas para elegir ...
-. El final es completamente idiota, con un templario centenario viviendo en la
ciudad escondida... ¿para qué?. Simplemente porque el guión precisaba un
personaje que diera un par de lineamientos sobre las últimas trampas del lugar.
Mientras que el libreto desliza unas líneas
deliciosas sobre la relación padre - hijo de los Jones, el resto no termina de
sorprender. Está ok, entretiene, pero debía haber sido algo mucho más brillante
viniendo de un dúo de tipos geniales como Spielberg y Lucas. Insisto: con otros
nombres de personaje, director y productor, la película quizás hubiera recibido
una calificación nuestra superior. Pero acá la chapa de los creativos genera
unas expectativas tales que el filme no termina por cumplir.
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