Las aventuras de Indiana Smith fue un borrador de
guión que George Lucas escribió en 1973 con el aporte de ideas de Phillip
Kaufman (que sumó la idea central del Arca de la Alianza). Era la época en que
Lucas intentaba hacer sus primeros pininos en la industria cinematográfica, y
el libreto quedó archivado con el paso del tiempo. En 1977, Lucas y Steven
Spielberg se encontraban en Hawaii debatiendo acerca del futuro del cine de
aventuras. En principio Spielberg quería desarrollar una saga de corte similar
a los films de James Bond, pero Lucas le convenció para que le diera un vistazo
a su antiguo borrador. Mientras la idea maduraba vino el boom de Star Wars, y
George Lucas pasó a ser un pope de la industria. Esto terminaría por darle luz
verde al proyecto, ahora rebautizado como Los Cazadores del Arca Perdida.
A final de cuentas, si Star Wars está inspirado en
Flash Gordon, Indiana Jones pretende abrevar en las mismas aguas de los
seriales de los años 30 y 40. Pero en ese sentido el resultado no es tan
logrado - Indiana Jones y el Templo de la Perdición es un verdadero serial en
formato de película, con ideas disparatadas y numeros cliffhangers -. En todo
caso Los Cazadores del Arca Perdida toma elementos más tradicionales de los
filmes de aventuras clase A y clase B de los 40. Es notable establecer la
diferencias entre este film y su secuela: acá el papel principal no es una
figura heroica sino el de un personaje al servicio de la historia. Existe un
mayor desarrollo de caracteres y de la trama; y las secuencias de acción, si
bien son excitantes, no son descomunalmente delirantes como en Indiana Jones y
el Templo de la Perdición. Aún, todo lo que hace Indy es relativamente creíble.
Uno puede establecer numerosas influencias evidentes
sobre la historia; desde las aventuras con héroes estoicos como las correrías
de Jim de la Jungla (con Johnny Wessmuller en el Africa) hasta los filmes de
Lauren Bacall y Humphrey Bogart, que son el obvio patrón con el que se
encuentra cortado la relación entre Indy y Marion. Súmese un artefacto de poder
para darle sabor para las audiencias modernas, agréguese los villanos de stock
de la historia del cine como son los nazis, y listo. Ya se tiene una aventura
lista para digerir.
El tema es que, si bien la acción es excitante y el
film es entretenido, da la sensación de que la aventura se encuentra a media
máquina la mayor parte del tiempo. Es un problema de modestia del guión. En
secuencias como la clásica persecución del camión cargado de nazis en el
desierto - que toma la famosa rutina stunt de La Diligencia de John Ford -
Spielberg pone quinta a fondo. Pero en la primera mitad del film la acción no
deja de ser lo mismo que otros filmes de aventuras. Además el otro problema es
que, a pesar de los esfuerzos heroicos de Indy, Belloq siempre termina por
ganarle. En todo caso es el relato de un individuo realizando grandes proezas
fallidas que sólo culminan con el protagonista como testigo del error final de
los villanos. Los nazis no pierden por Indiana Jones, sino por su propia
impericia.
En ese
sentido, la secuela es mucho más redonda, dándole una mayor estatura heroica a
Indiana Jones. En El Templo de la Perdición, Indy puede sortear obstáculos
imposibles y vencer a los malvados. Aquí en todo caso, lo que vemos es a un
individuo intrépido y carismático que siempre va un paso atrás de los villanos.
El otro problema es que el libreto empieza a
presentar gruesas grietas de lógica sobre el final - la travesía de Indy en la
cubierta del submarino es totalmente desproporcionada, aún para un film de
Indiana Jones! -. Es posible que este film esté mucho mejor estructurado que
sus secuelas, pero a mi gusto le falta una pizca de pimienta como para que el
personaje central alcance toda su estatura.
Sin dudas es brillante en muchos sentidos, y
entretenida como pocos films. Quizás se le puedan objetar el abuso de clisés -
los nazis y el arqueólogo francés tienen el obligatorio acento raro que
requiere un villano; siempre visten impecables en comparación al sucio y
magullado Indy; los americanos son desprolijos pero terminan ganando a base de
ingenio, etc -, y quizás me cuente entre la minoría que le gustó más El Templo
de la Perdición. Pero de ningún modo esto descalifica a un espectáculo
formidable que marcó una etapa en la historia del cine.
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