viernes, 22 de noviembre de 2013

Critica de Iron Man 2

La película comienza donde lo dejo la primera. El argumento es el siguiente: “Seis meses después de que Tony Stark (Robert Downey Jr.) revelase en una conferencia que es Iron Man, hace frente a varios enemigos: Ivan Vanko (Mickey Rourke), alguien dispuesto a revelarle a Tony quién era en verdad su padre: Howard Stark (John Slattery); y Justin Hammer (Sam Rockwell), presidente de la empresa armamentística enemiga de Industrias Stark. Ambos, preparados para enfrentarse a un Tony Stark cada vez más solo, incluso pese a la cercanía de “Pepper” Potts (Gwyneth Paltrow) o James Rhodes (Don Cheadle), o la aparición de la enigmática Natalie (Scarlett Johansson)”.

Jon Favreau ha cumplido. Es un buen artesano y alguien inteligente que decide tomarse los cómics sin demasiadas licencias, intentando hacer que el producto final le guste a los fans. Él es el encargado de que el guión llegue a buen puerto.

En cuanto a ese apartado, el guión si en la primera película el guión era demasiado simple, en ésta quizás es “más complicado”, aunque sigue siendo una película para entretenerse en el cine. ¿Qué más se puede pedir? Contestar a la pregunta ¿qué pasa con un superhéroe que desvela su identidad, que sale del armario superheroico? Más o menos, lo consigue.

En el guión se dan pinceladas de temas cómo el uso armamentístico, la paz, el poder de los países, la actuación de un superhéroe más útil que el propio gobierno (y el miedo que un país puede sentir hacia ello)… Pinceladas, pero bastante buenas. Siempre ha sido curioso que un hombre que se redime del uso de armas y desee la paz, tenga la más grande de la historia.

El guión corre a cargo, en parte, de Justin Theroux (guionista de “Tropic Thunder”, comedia por la que Robert Downey Jr. fue nominado a los Oscars) y se nota en algunos momentos que parecen improvisados (pero para bien) donde las frases de los actores se superponen una a otra y con algún que otro chiste (los diálogos entre Tony y Pepper, la pelea en la mansión, Stark en el donut, el momento del niño con la máscara de Iron Man, las pruebas de otros países para emular a Iron Man…) y momentos bastante buenos: cuando Ivan Vanko se libra de los agentes que “iban a ser su canguro”, el momento Justin Hammer creyéndose más de lo que es (que recuerda al productor interpretado por Tom Cruise en “Tropic Thunder”, el rescate de Pepper Potts, la aparición de Máquina de Guerra, el grito de monstruo de Tony Stark borracho con la armadura de Iron Man, la Viuda Negra mostrando su habilidad en la lucha, la pelea en el circuito de Mónaco…

Una buena película para mí suele ser la película que contiene muchos momentos para ser recordados y, afortunadamente, “Iron Man 2” es una de ellas.

He leído que muchas personas dicen que ha perdido el factor sorpresa de la primera película. He de decir que si eres fans de los cómics, la primera no “tenía factor sorpresa” en cuanto a personajes o tramas, sino en cuanto a la fidelidad al espíritu con el que fue llevado a la gran pantalla. Por tanto, no puedo opinar lo mismo que estas personas en este aspecto (y si no te sorprende la escena tras los créditos y eres fan de Marvel, es que no eres de este mundo… ¿Silver Surfer? ¿Eres tú?).

En conclusión en el apartado del guión, una historia sencilla con un par de subtramas que recuerda a cualquier colección que puedes pillarte de “Iron Man” sin sentirte estafado. Una buena película de superhéroes, bastante entretenida y a la que se le agradecen las palabrotas (esperemos que algún día, el cómic – mejor dicho, el cine basado en los tebeos- deje de verse como “esa cosa para niños”)

Debo ser una persona extraña, pero sólo tolero los orígenes en la primera película o con alguna buena causa. Afortunadamente, para empezar, en “Iron Man 2” nos libramos de tener que recordar “Iron Man”. Basta con un par de frases del final y unos créditos iniciales narrados a través de varios periódicos para saber qué pasó en la película anterior.

En cuanto a algún momento chirriante, puede ser el que transcurre sobre la mitad de la película y es “El demonio en la botella” reducido a un par de minutos, sin llegar a atisbar los niveles del infierno de la bebida de Tony Stark… aunque supongo que dependerá de quién vea esa secuencia. Afortunadamente, no es tan mediocre como el bailecito en “Spiderman 3”, el bailecito de “Alicia en el País de las Maravillas” o el de “Los 4F y Silver Surfer”… Es más, el momento me ha recordado a uno de los momentos descarados de Mark Millar con los personajes de Marvel en su Ultimates, como el vómito de Stark en su armadura en el volumen 2 si mal no recuerdo.

Otra cosa que me dice que las pelis son buenas es cuando recuerdas frases de ellas y de esta recuerdo unas cuantas- más o menos- (“Haz sangrar a Dios y la gente dejará de creer en él, tiñe las aguas de sangre y los tiburones acudirán”, “No hables de aire que me dan gases”, “Aquí nadie importa, sólo importa el legado”, “Sois como dos focas luchando por una uva”, “Así te sientes cuando te la clavan”…).

Los encargados de cumplir con el guión son un reparto que, en su mayor parte cumplieron en la primera parte. Los que no cumplieron en su predecesora fue… porque no salían.

Ninguna de las interpretaciones es forzada, aunque puede que algunos personajes queden sin ser desarrollados tanto como querríamos, sin embargo, ¿para qué están las terceras partes o los proyectos de franquicia que prepara Marvel?

En cuanto al elenco, destaca, por supuesto, Robert Downey Jr. consiguiendo transmitir nuevamente su carisma de genio hiperactivo (no se está quieto, fijaos en el movimiento de sus manos o del resto de su cuerpo) sin rozar la sobreactuación. Un tipo demasiado humano, con muchos defectos, cínico, borrachuzo…, pero que demuestra que todos podemos ser superhéroes. Haciendo también que nos creamos que aquello que le ha salvado la vida también lo está matando. He de decirlo, Robert Downey Jr. es (y será) Tony Stark.

Otro personaje que he de reconocer que me ha gustado es el interpretado por el resucitado Mickey Rourke, que, para mí, no roza el ridículo en ningún momento (cosa que no se puede decir de otros “villanos” de las “adaptaciones comiqueras”). Representa a un tipo duro, proveniente de la cárcel, que lleva incubando el odio a los Stark desde hace cuarenta años. Alguien que se ha criado “en un infierno de vodka”. Una buena película de superhéroes, para mí, necesita de un buen supervillano. Aquí lo tenemos.

En cuanto al resto del reparto, Sam Rockwell crea a un Justin Hammer patético, un niño con ganas de emular a un genio como Tony Stark y que no le llega en ningún momento a la altura del Cabeza de Lata; Gwyneth Paltrow sigue haciendo un buen papel mientras comparte momentos con Robert Downey Jr. en los que “parecen dos focas peleando por una uva”; Scarlett Johansson borda con el tiempo que le dan a la Viuda Negra, una combatiente letal; Don Cheadle, sustituyendo a Terrence Howard interpretando a James Rhodes / Máquina de Guerra, no lo hace nada mal; Samuel L. Jackson sigue con su papel de Nick Furia (menos enigmático, pero igual de efectiva… Esa “Iniciativa Vengadores” y Jon Favreau (el director de la película) haciendo más de Happy Hogan (cosa que no está nada mal, sacando la vena cómica que mostrase en “Friends”).

En cuanto a la música de John Debney, que consigue momentos bastante inspirados, como el leitmotiv cuando se presenta a Ivan Vanko, pese a que Iron Man es un personaje de cómic que aún necesita un leitmotiv reconocible como el de Batman o el de Spiderman. En cuanto a la BSO, decir que los temas que suenan de AC/DC son impresionantes (qué grande ese final con el “Highway to hell”, ¿infierno? ¿Demonio en la Botella?) y alguna que otra como la de “Queen” no desentona demasiado.

También destacaría los excelentes efectos especiales que corren de nuevo a cargo de Industrial Light and Magic cumple de nuevo, con escenas muy curradas, donde, en una primera escena, consiguen hacer que caigas junto a Iron Man de una manera que ni el maldito 3D puede conseguir. Quizás el único cante, sean los drones que se ven sin moverse en la Expo, quizás demasiado “plásticos”, aunque en acción son una jodida maravilla.


Sobre lo peor, la parte donde se nota que “faltan más minutos” (se recortaron más de treinta minutos) es en una pelea final quizás demasiado corta contra un Ivan Vanko, mezcla de Whiplash y de Dinamo Carmesí, que se prepara una armadura último modelo y resiste lo justo. Quizás demostrando que el genio de Stark es incomparable.

Impresionante, sí, pero se echa en falta algo más de acción en ese momento, aunque hay que decir que, para acción espectacular, la tenemos durante toda la película.

Sin embargo, gran frase la de “Has perdido”, porque Ivan Vanko no quiere matar a Stark, quiere demostrar simplemente que no es invencible, que está tocado y otros lo hundirán. Quiere que el sufrimiento de cuarenta años que ha sufrido, para Stark sea algo más que cuarenta minutos.

Las buenas películas, incluso en sus momentos “más bajos” tienen partes buenas. Las malas suelen ser las que ni eso.

Quizás otra de las cosas malas (“o menos buenas”, según cómo se mire) es el desarrollo de personajes. Como dije anteriormente, a la película le falta desarrollar más a alguno de los personajes. Aunque algunos están bastante bien desarrollados, como el de Tony Stark sirviendo de mayor exponente, otros como la Viuda Negra le faltan más minutos para el lucimiento. Sin embargo, tendremos más películas para verlos en su salsa, no obstante, siendo un pequeño defecto para la película.

“Iron Man 2” tiene cosas buenas y cosas malas, pero también muchos guiños que harán las delicias de cualquier seguidor del Universo Marvel.

Por ejemplo: el Escudo del Capi. Su aparición en la primera película fue fugaz, pero algún que otro fan bastante avispado fue capaz de verlo en el cine. El rumor corrió junto a la imagen por Internet con gran fuerza. Algunos de los encargados de “Iron Man” dijeron que era un simple guiño que no “debía costar en acta”. Sin embargo, vuelve a aparecer en “Iron Man 2”, cuando Tony Stark está construyendo el acelerador para crear un “nuevo corazón” y el Agente de SHIELD, Coulson va a despedirse de él y dice: “¿qué hace esto aquí?”. Sin duda, varias posibilidades nos quedan: ¿es un guiño hacia los fans que vieron el escudo o un prototipo del escudo que Howard Stark, fundador de SHIELD según Nick Fury, pudo guardar del que portase el Capi? ¿Puede que Howard Stark estuviese relacionado con el proyecto supersoldado?

También otro homenaje es el de la armadura “Extremis”. En la primera película, Iron Man lucía varias armaduras. En la segunda no podría ser menos y, aparte de lucir la que llevase al final de la primera, vemos otra portátil bastante semejante a la de Silver Centurion y la última cuyo pecho nos recuerda al de la armadura que algunos fans han llamado “la Extremis”, en referencia al cómic de Warren Ellis

Quizás el no tan conseguido sea el de “El Demonio en la Botella”. Quizás demasiado diluido, pero la escena en la que Iron Man se enfrenta a James Rhodes recuerda bastante al monstruo en el que se convirtió Tony Stark bajo el influjo de la bebida y cómo Rhodes tuvo que enfundarse el traje de Máquina de Guerra para ocupar “el puesto” de Iron Man. Sin embargo, una escena bastante pasable, puede chirriar a algunos fans. Esperemos que en la tercera película, tengamos una adaptación lo máximo posible de “El Demonio en la Botella”. Por cierto, sobre el problema con la bebida, vemos que en esta película va a más y se ve que Howard Stark también lo tenía, algo que los une con sus enemigos: Ivan y Anton Vanko, también hijo y padre.

Por último, ese guiño homenaje bombazo que hay detrás de los créditos y pondré en spoiler para quien no la haya podido ver aún.


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