sábado, 23 de noviembre de 2013

Wolverine: Inmortal - Crítica

Quizás producto de otro bien logrado pero engañoso tráiler o tal vez  haya sido obra de la creación de una expectativa mayor, pero al fin de cuentas esta entrega cinematográfica de Marvel entusiasma muy poco.
Wolverine entra en calor en la primera vigorosa secuencia, cuando salva la vida de Yashida, impactando de lleno en el público y dejándole una grata impresión debido a sus impecables efectos especiales. Hasta allí e incluso unos cuantos minutos más la historia parece ir encaminándose por buen rumbo, pero tramos próximos a la llegada de nuestro protagonista a Tokyo, el sendero se visualiza nebuloso, desconcertante no desde el punto atrayentemente enigmático que suelen mechar en su contenido algunas películas, sino desde la desorientación que ocasiona en el espectador. Entonces comienzan a hacerse más presentes unos cuantos diálogos más lentos que motivadores, aspecto que le quita tirantez al relato.
Los factores que mantienen a flote esta proyección se basan en la propuesta (o más bien obsesión) de Yashida hacia Wolverine de “extirparle” su inmortalidad argumentando que al fin podría tener sueños, formar una familia y una muerte honorable, a lo que el mutante, terco como de costumbre, se rehúsa. La oncóloga del moribundo nipón cobra mayor protagonismo al resultar ser una pieza clave del plan en esta suerte de leyenda de “mortalizar al inmortal”, debilitando a nuestro héroe poco a poco.
Uno de los motivos por los cuales The Wolverine no se acerca siquiera al nivel de sus anteriores ediciones vinculadas a X-Men radica en la falta de tensión que poseen los acontecimientos: en ningún momento se incomoda al espectador invadiéndolo de nerviosismo.
Más allá, también, de algunos fallos de guión y un final discutible, la carismática y sobria presencia de Hugh Jackman y las muy buenas escenas de pelea hacen que la película apruebe tan justo como si Wolverine rasguñase el puntaje con la punta de sus garras de adamantium.
LO MEJOR: los momentos de acción. El mano a mano arriba del tren bala. La secuencia que nos presenta Marvel (como es habitual) en los créditos.
LO PEOR: no enlaza, no genera atracción plena. Posee altibajos.

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